El TLC con Estados Unidos, que entrará en vigencia el próximo 15 de mayo, constituye para Colombia un gran instrumento para la prosperidad del país, esto desde el punto de vista del gobierno y de los grandes empresarios Colombianos que ya vienen importando y exportando productos hace muchos años, Sobre la paradoja del TLC de si nos beneficiara o nos perjudicara, hay que ponerse a pensar primero en el tipo de población que hay en Colombia: 45,5% de nuestra población, es decir, 19 millones 900 mil colombianos se encuentran en estado de pobreza y en estado de indigencia hay un 16,4% de la población, 7 millones 200 mil colombianos, un total de 26 millones de habitantes en Colombia, casi la mitad de la población, no puede acceder a los elementos mínimamente necesarios para tener una buena calidad de vida, mucho menos para comprar los grandes inventos gringos, que harán que mejore nuestra vida.
Además cómo puede ser posible que el presidente haya aceptado un TLC con EE.UU. o cualquier otro país si aun no se han resuelto los problemas económicos internos, la desigualdad tan grande que hay en la distribución del capital. Somos un país en el cual mientras unos quieren tener todo lo que ve en la televisión, que el carro que habla y da masajes, otros ni siquiera tienen para comer.
El sector agropecuario es uno de los pocos del aparato productivo nacional que no ha celebrado la aprobación del Tratado de Libre Comercio,TLC, entre Colombia y Estados Unidos, arroceros, avicultores y lecheros se declaran en alerta. También hace falta preguntarse ¿será cierto esto?, cuando las importaciones sean más altas que las exportaciones eso será bueno para nuestra economía interna, ya que ellos tienen más para ofrecernos que lo que nosotros a ellos.
En pocas palabras el TLC mas que una puerta al comercio es una ventana a la competencia, es decir que si queremos beneficiarnos de este acuerdo tendremos que mejorar para poder competir con una de las economias mas grandes del mundo.